Después de 50 años de producción y éxitos en Estados Unidos, pues se lanzó el 17 de abril de 1964, la sexta generación correrá por Europa con dos versiones, una descapotable y otra cupé. Para animar su galope Ford empleará en este deportivo para el Viejo Continente dos propulsores de altísimo nivel, un cuatro cilindros de 2,3 litros de cilindrada y más de 309 CV, y un V8 de 5,0 litros de más de 425 CV (habrá un V6 de 300 CV que no llegará de momento a Europa).

El primero de ellos dispondrá de inyección directa y está sobrealimentado mediante un turbocompresor. Forma parte de la familia de motores EcoBoost y es el mismo que se empleará en el Ford Focus RS. El mito americano montará también por primera vez un nuevo sistema de suspensiones independiente para los dos ejes (de tipo McPherson en el eje delantero y paralelogramo deformable detrás).

Mide 4,78 metros de largo, 1,91 de ancho y de alto varía entre los 1,38 del cupé y 1,39 del descapotable. Estéticamente ofrece una línea más estilizada, sin perder un ápice de músculo, si lo comparamos con la anterior generación. El capó sigue siendo alargado y la trasera es corta. Detalles como luces led en la parte posterior modernizan la nueva generación del icono americano. Tanto la versión cupé como la descapotable ofrecen un interior que no se escapa demasiado del anterior Mustang. Aspecto sobrio pero mejorado con una pantalla táctil de ocho pulgadas, que será de serie en las versiones que llegarán a Europa, con navegador y un sistema de sonido de 12 altavoces. También incorporará el sistema de control por voz Ford SYNC.

La marca del óvalo tiene previsto soltarlo a mediados de este año en algunos mercados. En España habrá que esperar al 2015 para verlo por nuestras carreteras. Su precio sigue siendo un misterio y seguro que andará entre los 40.000 y los 50.000 euros. El nuevo Mustang se fabrica en la factoría de Flat Rock, en el estado estadounidense de Michigan.