KTM no cree que las motos eléctricas vayan a sustituir a los modelos con motor de combustión interna en un futuro próximo pero sí piensa que la nueva Freeride E puede atraer a nuevos usuarios. Así se entiende que en el año 2007 empezaran a trabajar en el proyecto de una moto de campo eléctrica, una idea que hoy es una realidad. Además se trata de un modelo apto para el carnet A1, desde los 16 años, o con el B, el de coche.

Técnicamente, la KTM Freeride llega impulsada por un motor eléctrico que ofrece una potencia de 22 CV y un sorprendente par motor de 42 Nm disponible desde cero revoluciones. Se puede elegir entre tres modos de entrega de potencia distintos. Con la opción más radical la autonomía es de 30 minutos mientras que con el modo más económico esta se alarga hasta casi dos horas.

A la hora de recargar la batería necesitaremos 50 minutos para alcanzar el 80% de la carga y una hora y 20 minutos para el 100%. KTM ofrece una batería extra por 3.000 euros y la sustitución de la gastada por la nueva se realiza con suma facilidad. La batería se sitúa en lugar del depósito.

SILENCIO, SE RUEDA

A su grupa, la Freeride E destaca por su estrechez y ligereza. Apenas pesa 106 kilos y la altura del asiento se sitúa en 910 milímetros, algo más cerca del suelo que sus hermanas de gasolina. Evidentemente, las cero emisiones y su escaso ruido en marcha forman parte de su ADN.

La firma austriaca ha apostado por lanzar dos versiones: la E-EX de enduro que puede circular por la calle, y la E-SX de motocross pensada para los circuitos cerrados. El precio del modelo matriculable es de 11.197 euros y de la E-SX de 10.897 euros. No son baratas pero no gastaremos más en gasolina.