La nueva Street 750 representa el sueño hecho realidad para muchos usuarios que anhelaban entrar en el universo de Harley-Davidson pero ya fuera el precio o la estética los dejaba fuera de juego. Se trata de un modelo totalmente nuevo que llega impulsado por un motor bicilíndrico refrigerado por agua que cumple con creces. La suavidad de funcionamiento y las buenas recuperaciones son parte de sus virtudes que conjugan a la percepción con una parte ciclo equilibrada.

Facilidad de conducción en cualquier escenario y maniobrabilidad convencen de salida en una primera toma de contacto. La escasa altura del asiento la pone al alcance de una gran mayoría de usuarios, mientras que la protección aerodinámica que ofrece la pequeña cúpula es más que suficiente para afrontar recorridos por carretera o autopista con total comodidad. La posición de conducción resulta cómoda. Y lo mismo sucede con el acompañante.

La información que llega a través de su cuadro de instrumentos se antoja algo limitada, al igual que la visibilidad que ofrecen los retrovisores, pues están demasiado cerca del conductor. Tampoco los acabados están a la altura de Harley-Davidson con toda una serie de detalles, desde las manetas hasta el esponjoso tacto que ofrece el freno delantero.

ASEQUIBLE

Así y todo, la nueva Street 750 presenta suficientes argumentos, como su tamaño manejable, su ligereza y su precio, para hacerse un sitio en el mercado. Y es que por 7.300 euros se puede acceder ya al universo Harley-Davidson, pues la Iron 883, el hasta ahora modelo de acceso a la gama, cuesta 9.350 euros.