En el 2018 se vendieron en España el 6,9% más de automóviles que el año anterior (1.320.734 coches), un aumento que puede parecer positivo, pero que no lo es tanto para la industria si se observa la evolución de los últimos meses. En efecto, el ritmo alcista que mantenía desde el 2012 se ralentizó tras el verano pasado, de modo que las ventas de septiembre, octubre, noviembre y diciembre ya estaban por debajo de los mismos meses del 2017. El 6,9% acumulado del 2018 se debe, principalmente, a la primera mitad del año, lo que hace que el sector afronte el 2019 con incertidumbre. En Aragón, sin embargo, las matriculaciones han crecido un 7,5%. La automoción está cambiando: los coches híbridos y eléctricos se abren paso, y esto ha coincidido con una normativa más estricta sobre el control de emisiones a nivel global, y en España, además, con dos decisiones del Gobierno que afectan al sector: la subida del impuesto al diésel y la prohibición de vender vehículos con motor de combustión a partir del 2040. El Ejecutivo ha hecho bandera de la transición energética, y las medidas anteriores van en esta línea. No cabe duda de que una movilidad más sostenible beneficiará a los ciudadanos, pero tampoco hay que olvidar que anuncios de este calado influyen en las decisiones de compra. Por ello es preciso que se acompañen de suficientes incentivos para que su aplicación no perjudique uno de los motores económicos del país.