El 11-M ya es historia. Un día de infamia y luto. Un hecho horrible, cruel e inhumano, que ocasionó casi 200 muertos y 1.647 heridos. Un crimen contra la humanidad planificado y ejecutado de forma implacable y despiadada por sicarios y vulgares asesinos a sueldo de su fanatismo e irracionalidad.

Como otras muchas veces, ese día sonó el teléfono a las 7:40 horas alertando de una posible explosión en Atocha. Así comenzó el operativo asistencial que finalizó una hora y media después (¡90 minutos¡), con todos los heridos auxiliados médicamente y evacuados.

¡Qué sencillo¡

¡Qué grandeza¡

Los políticos, autoridades, organizaciones, medios de comunicación, y en general toda la sociedad han resaltado con mil elogios el trabajo duro desarrollado por los integrantes de los distintos dispositivos sanitarios (Samur, Servicios de Urgencias y Emergencias, Summa-112, Cruz Roja, hospitales, etc.) Han sido habituales frases del estilo siguiente: "Entrega generosa", "esfuerzo sin límites", "se han volcado", "desinterés y dedicación ejemplar", "voluntad de servicio", "entrega ejemplar", "dieron de sí más de lo que se esperaba de ellos", "reacción solidaria sacando a relucir lo mejor que llevan dentro". Gracias. Permítanme en un tema tan serio, grave y trágico, una ironía: al parecer, los Servicios de Urgencias y Emergencias hemos sido héroes por un día.

Todos los días, a todas las horas, estamos asistiendo una tragedia personal similar a la del 11-M en Madrid. Cada día del año ayudamos a más de 100.000 pacientes, lo que representa más de 100.000 tragedias individuales.

Todo funcionó bien, fundamentalmente por dos motivos que no han sido suficientemente resaltados: la excelente preparación y magnífico entrenamiento de los sanitarios que asisten las urgencias y emergencias; y la organización, probada en más de un simulacro, ante situaciones de catástrofes.

En España es difícil convencer a nuestras autoridades de que los planes de catástrofes, simulacros y entrenamiento, son absolutamente necesarios e imprescindibles. Aquí nos adaptamos sobre la marcha, y bastante bien por cierto, y que salga el sol por Antequera.

Parte del éxito asistencial y organizativo del 11-M lo tiene también la Semes, que desde hace quince años propicia y organiza cursos de formación, realiza simulacros asistenciales ante hipotéticas catástrofes, diseña planes de actuación, etcétera.

Nos felicitamos por la magnífica preparación técnica, humana, académica y práctica de nuestros profesionales y ahora que el reconocimiento es universal y fehaciente, invitamos a nuestras autoridades a participar más activamente en esta formación y en el diseño de sistemas organizativos coordinados de actuación integral ante situaciones de catástrofes.

Queremos, y además sabemos, ser héroes, no sólo el 11-M, sino las 24 horas de los 365 días del año.

*Jefe del Servicio de Urgencias del hospital Miguel Servet de Zaragoza