Así se llamaba el programa musical dirigido por Gustavo Pérez Puig y transmitido por Televisión Española, a finales de los años 70, para los 300 millones de hispanohablantes que había en esa época. Hoy se tendría que llamar: 500 millones y, previsiblemente, esta cifra irá en aumento según el Instituto Cervantes, además de ser la segunda en el mundo por número de hablantes. Esta Institución, que permanece in tempore, da la impresión de languidecer, muchas de sus sedes, por las que he pasado alguna vez estando por centro Europa, están cerradas o no tienen para mantener el edificio en condiciones, como ocurre en Bruselas, y sus actividades se limitan a cubrir el expediente. El nuevo director del Instituto, Juan Manuel Bonet, bien conocido por su gestión cultural, por sus importantes obras literarias como el Diccionario de las vanguardias en España (1907-1936), tiene un reto importante: gestionar 87 centros en 44 países por los cinco continentes y capear el momento Trump y sus decisiones xenófobas. El Instituto es un mega proyecto al que habría que dotarlo del presupuesto necesario para conseguir una estabilidad y no tener que depender de los diferentes gobiernos, así como, cambiar su ambigua ubicación política entre los ministerios de Exteriores y Cultura. Bonet anuncia un plan de choque cultural impulsando la enseñanza del catalán, gallego y vasco, sí que puede ser un choque. Entiendo que no le va a quedar otra que pensar en cuestionar las directrices y sus objetivos, no solo los actuales sino los que se propone, e ir hacia una proporcionalidad real y, desde luego, abarcar algo más que hacer cursos de español o de flamenco. Supongo que acercarse, como hasta ahora, a las casas regionales es una visión nada perdurable..

*Pintora y profesora de CF