La delegada del Gobierno en Aragón, Carmen Sánchez, celebró ayer con políticos, militares, fuerzas de orden público y parte de la sociedad aragonesa los 40 años de la Constitución que hoy se celebran. Un sencillo acto para ensalzar el valor de la Carta Magna que nos ha dado todos estos años de desarrollo y bienestar social. Quizá lo que más llamó la atención fue que la delegada pasara de puntillas en su discurso del caso de Cataluña. Probablemente será consigna de Moncloa. Pero entre las soflamas del exdelegado Gustavo Alcalde y el minimalismo de ayer hay algo intermedio.