Los acuerdos de libre comercio son una parte esencial de la política de apertura comercial de la Unión Europea y son vitales para países orientados a la exportación como España. El acuerdo de libre comercio entre la UE y Canadá, en vigor desde septiembre, elimina barreras en sectores de gran importancia para la economía española, como la automoción, el olivarero, el textil y el calzado, o el químico.

El recientemente firmado acuerdo entre la UE y Japón, un mercado de casi 130 millones de personas, traerá beneficios a nuestras empresas vitivinícolas, lácteas o cárnicas, entre otras. El potencial del acuerdo comercial con México, que acabamos de actualizar, es también incuestionable: México es ya el quinto mercado más importante para España fuera de la UE. Nuestras negociaciones con los países de Mercosur también están a punto de concluir en un acuerdo que reforzará nuestra presencia en Latinoamérica. Además, con la incorporación de capítulos sobre desarrollo sostenible en estos acuerdos nos comprometemos a elevar los estándares internacionales en la protección de los trabajadores, las cadenas de producción responsables, la promoción del comercio de productos verdes, la lucha contra la pesca ilegal y la deforestación.

A pesar de estos logros, no podemos caer en la autocomplacencia. Las recientes medidas proteccionistas de un estrecho aliado como EEUU demuestran que no podemos dar por hechas ni la apertura de mercados ni la libertad de nuestros intercambios.

Desde el inicio de la crisis, somos testigos cada año de un preocupante aumento de las barreras que afectan a nuestras empresas. El informe de la Comisión sobre los obstáculos al comercio y a la inversión, publicado esta semana, confirma de nuevo el resurgir del proteccionismo, con la aparición, solo en el 2017, de 67 nuevos obstáculos a nuestras exportaciones. Estas barreras podrían costar miles de millones de euros cada año, algo tan inaceptable como injustificado.

A medida que aumentan los obstáculos que afectan a los exportadores e inversores de la UE, también lo han hecho nuestros esfuerzos por eliminarlos. Contamos con las herramientas necesarias y las utilizamos eficazmente para eliminar barreras comerciales, iniciar acciones de resolución de conflictos e imponer medidas de defensa comercial en casos de comercio desleal.

Este trabajo cotidiano de la UE, a menudo poco visible, adquiere una creciente importancia ante las pulsiones proteccionistas de muchos de nuestros socios. Por ello, la UE y el Gobierno de España colaboramos estrechamente con las empresas para detectar y eliminar, una por una, las barreras a las que se enfrentan nuestros exportadores e inversores en el extranjero.

Las acciones dan resultado. Gracias a esta labor conjunta, en el 2017 eliminamos 45 obstáculos a los que se enfrentaban nuestros exportadores. Se trata de resultados tangibles que han beneficiado a miles de empresas. Al hallar soluciones a problemas concretos, como las normas divergentes para la maquinaria en Brasil, el exceso de burocracia para el comercio de servicios con Argentina o las barreras a exportaciones agroalimentarias en China, se defienden centenares de miles de puestos de trabajo de ciudadanos de la UE. La eliminación de estas barreras se traduce cada año en unas exportaciones adicionales de 4.800 millones de euros y demuestra que el aumento del proteccionismo encuentra la reacción firme e inmediata de la UE y sus estados miembros.

Por importantes que sean estos logros, solo pueden dar lugar a una apertura real de los mercados si nuestras empresas son conscientes de las oportunidades que generan. Es nuestra responsabilidad informar a las empresas sobre cómo beneficiarse de nuestra política comercial. Por su parte, las empresas tienen la responsabilidad de hablar con franqueza para que podamos adaptar de manera fiel nuestras políticas a sus necesidades. Queremos fomentar este diálogo y por ello presentamos una nueva iniciativa: los Días de Acceso al Mercado. Expertos de la Comisión Europea y del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo de España se reunirán hoy en Madrid y mañana en Barcelona con organizaciones y empresas para escuchar sus experiencias y presentar el amplio espectro de instrumentos que la UE pone a su disposición.

Si algo hemos aprendido en la última década es que ya no podemos dar por garantizada la apertura de mercados exteriores. Tenemos que asegurarnos de que esta funcione de forma justa y para todos, y demostrar que proteccionismo no equivale a protección. Seguiremos trabajando incansablemente para lograr este objetivo. Este es nuestro compromiso. H *Comisaria de Comercio de la Unión Europea y ministra de Industria, Turismo y Comercio de España.