Una de las plumas más exquisitas de nuestras letras contemporáneas, la de Jesús Maeso de la Torre, ha destapado el tarro de las esencias -nunca mejor dicho, y en seguida verán por qué- firmando Oleum, una novelesca epopeya ambientada en Roma y en la Hispania romana, cuya bellísima prosa está en consonancia con el interés de sus múltiples, variados y trepidantes episodios. Tragedias y aventuras protagonizadas por un personaje ficticio, Ezra Ben Farael Eleazar, judío de noble y antiquísima familia cuyas sucesivas generaciones han aprendido y legado el arte de destilar el óleo sagrado. Crisma que extraían del aceite, como materia prima, de la misma forma que con el líquido producto de las almazaras fabricaban esencias, perfumes o medicamentos, reservando el óleo santo para los ritos de religión.

Esos ricos conocimientos y secretas prácticas, ampliadas a la herboristería y a las artes de sanación, erigirán al escriba y olearius Ezra Eleazar en una especie de chamán, por un lado; pero también en un práctico y competente ciudadano del imperio, capaz de realizar tareas de interés general incluso en la etapa de su vida en que, traicionado por el saduceo Caifás, fue reducido a la esclavitud.

Además de en Judea y en Roma, transcurre Oleum en buena parte en Corduba (actual Córdoba), en una finca olivarera propiedad de la familia del filósofo Séneca (recreado, y muy bien, en la novela). El cultivo de los olivares, la recogida de la aceituna y la elaboración de los distintos tipos de aceite servirá a la acción como uno de sus telones de fondo y ambientación a la búsqueda personal del héroe en recuperación de su libertad, dignidad y destino.

Una novela realmente magnífica en su fiel reencarnación de la etapa del mayor esplendor de Roma, con Jesús de Nazareth y Poncio Pilatos asomándose a sus páginas, y con Hispania e Israel como intensos extremos de un mundo mediterráneo que Maeso de la Torre consigue hacer revivir con una apabullante documentación de la vida cotidiana de sus pueblos, gracias a su talento argumental, a sus prodigiosas descripciones y a la bien arbolada psicología de sus muy verosímiles personajes.