De tanto repetir que estamos al final de la crisis, a Mariano Rajoy le va a pasar como a José Luis Rodriguez Zapatero cuando se empecinó que no era crisis lo que vivíamos a finales del 2009 sino recesión. Por mucho que enfatice y repita, ¿quién le puede creer con el 26% de paro, los salarios bajando y la pobreza asomando por las esquinas? Aunque ya sabemos que el espacio público ha quedado en manos de la propaganda, no hay justificación para semejante ejercicio de triunfalismo; utilizar el argumento del crecimiento de la economía en el tercer y el cuarto trimestre del 2013 de esta manera, cuando las expectativas de los últimos datos han sido rebajadas (+ 0,17%) respecto del trimestre anterior y el año cae el (-1,2%) no tiene solidez, sobre todo porque la demanda interna cayó el 3%, el PIB nominal lleva dos trimestres estancado al 0,0% por la caída de los salarios, el endeudamiento sigue desbocado (en 2011 la deuda pública era el 70% del PIB, estamos en el 94% y terminaremos el año en el 100%, 300.000 millones más en dos años) los 200.000 millones en ayudas y garantías públicas a nuestro sistema financiero no han agilizado el crédito que sigue escaso y a tipos de interés muy altos sobre un euro sobrevalorado, desincentivador de la inversión y talón de Aquiles de nuestra competitividad.

Por muchos actos de fe que hagan no es creíble la euforia, resulta pueril verles sacar pecho ante la bajada de la prima de riesgo como consecuencia de las reformas realizadas, se olvidan que el 26 de julio de 2012 Mario Draghi, gobernador del Banco Central Europeo dijo en rueda de prensa ."El BCE hará todo lo necesario para sostener el euro; y créanme, eso será suficiente". La prima de riesgo cercana entonces a los 600 puntos básicos de España e Italia comenzó a bajar, posteriormente ocurrió lo mismo en Grecia, Irlanda y Portugal .La política monetaria fue mucho más activa y decisiva en la defensa del euro y la reducción de la prima que la austeridad salvaje practicada estos años. Haciendo una mala descripción de la realidad no la van a superar, el fin de la crisis no se decreta, antes o después deberán hacer frente a la crudeza de los hechos, en dos años hemos perdido más de un millón de personas ocupadas, hay 3.200.000 parados sin protección por desempleo, el propio Banco de España dice que en 2012 hubo mayor bajada salarial, con un -2% de media sin contar las horas extras impagadas que crecieron un 30%, las rebajas de pluses por toxicidad, riesgo nocturnidad, movilidad geográfica ,bonos de comida, transporte..etc..etc, que son imposibles de cuantificar. No es de extrañar que España encabece los cambios sobre desigualdad en Europa, en poco tiempo estamos demostrando que el acceso a los recursos, derechos y oportunidades lejos de ser equitativo se ha empeorado.

Comentaba un tertuliano que en el debate del estado de la nación fue más importante lo que el Presidente obvió que lo que dijo.Sin ser eso una novedad, en la carrera por empeorar la vida y el trabajo de los españoles evitó explicar su interés en seguir dando "vueltas de tuerca" al mercado laboral. Con el R.D.Ley 16/2013 sobre contrato fijo a tiempo parcial , acaba de recuperar en la práctica el contrato de llamada (retirado hace años por tintes de inconstitucionalidad) al no garantizar el horario estable de la parte fundamental de la jornada porque las horas complementarias a las recogidas en contrato, que antes no podían superar el 15%, se duplican y por convenio pueden ampliarse un 60% más. El plazo de preaviso para realizarlas se reduce de 7 a 3 días y su aplicación se extiende además al contrato indefinido de apoyo a empleadores y al contrato a tiempo parcial con vinculación formativa para menores de 30 años. En la práctica lo convierte en un contrato ordinario donde el trabajador estará a disposición del empresario para ampliar y reducir jornada en función de las necesidades de la empresa y su más absoluta indefensión.

Claro que su "perla" de 100 euros de cotización a las empresas que hagan contrato de trabajo indefinido (tarifa plana) se ha convertido en lo contrario de lo anunciado. En la práctica es un sistema barato de sustituir los empleados con más antigüedad y por lo tanto más caros de cotización por otros nuevos que tan solo costaran 100 euros al mes durante dos años en la aportación de contingencias comunes (pensiones). Para hacerlo solo precisan treinta días de intervalo entre el despido y la nueva contratación. Se podrá aplicar también para la transformación de contratos temporales en fijos así como en los contratos fijos a tiempo parcial y en los realizados para empresas de menos de 10 trabajadores y autónomos .Es un incentivo que no va a generar más empleo, ya lo saben, está demostrado, estudiado y analizado que ampliando el abanico de beneficiarios se convierte en ineficaz, solo pretenden abaratar costes laborales cambiando los contratos más antiguos, nunca mejorar los datos del paro. Hay otra consecuencia preocupante, el vaciado de los ingresos a la Seguridad Social lo cual afectará ,sin ninguna duda, al futuro de las pensiones. Está visto que al Gobierno no le preocupa aquella reflexión de Adam Smith: "Ninguna sociedad puede prosperar y ser feliz si la mayoría de sus miembros son pobres y desdichados".