Salvo grandes sorpresas de última hora por parte de las bases de Podemos, todo apunta a que el próximo miércoles será investido presidente del Gobierno de Aragón, en primera votación, el socialista Javier Lambán, que se convertirá en el segundo que repite en el cargo. Después de más de 66 días de Gobierno en funciones, se dará paso por primera vez en la historia de la comunidad a un Ejecutivo de coalición formado por cuatro partidos políticos: PSOE, PAR, Podemos-Equo y CHA, algo inusual y más por incluir a los aragonesistas, un partido que hoy es de centro pero que en las elecciones generales del 28 de abril estuvo a punto de cerrar una coalición electoral con el PP y que acudió a la manifestación por España convocada en Madrid por los populares, Ciudadanos y Vox. Esto pone más en valor la ardua negociación que han tenido que realizar los socialistas aragoneses para ser capaces de reunir bajo un mismo paraguas actitudes programáticas en muchos casos distintas (en otros no tanto) y conseguir incluso el apoyo del único diputado de Izquierda Unida para la investidura de la semana que viene.

Los líderes de los cinco partidos que elegirán a Lambán han sido capaces, bajo el silencio, sin ningún ruido mediático, de elaborar un documento con 132 medidas de gobierno para los próximos cuatro años. Visto el espectáculo que PSOE y Podemos han dado en los últimos días en Madrid con el Gobierno de España, hay que felicitarse porque en Aragón ha imperado la responsabilidad y el sentido común de estas cuatro formaciones y sus componentes (que es de esperar continúe con la consulta que tiene lugar estos días en Podemos). Aragón tenía que seguir la estela de progreso iniciada con el Gobierno PSOE-CHA hace cuatro años y este cuatripartito (más IU) era lo menos malo. Se corría el riesgo de que los ultras de Vox tuvieran que colaborar de alguna manera en un gobierno de la derecha nacional (como en el Ayuntamiento de Zaragoza) y eso no sería bueno para la comunidad. El documento que sirve de base para gobernar ni tiene radicalidades por un lado ni temas inabordables por otro. Es equilibrado, como lo definió ayer el líder de Podemos, Nacho Escartín, y necesario, como ha recalcado en los últimos días el presidente del PAR, Arturo Aliaga. La hoja de ruta marcada, desde la distancia que separa a ambos políticos, es más beneficiosa en Aragón que lo que hubiera supuesto una repetición electoral.