El principio de acuerdo del grupo de accionistas mayoritarios del Real Zaragoza con un grupo inversor mexicano abre una puerta a la esperanza para mantener vivo al club. Los vaivenes que se han vivido en las últimas jornadas respecto a los potenciales compradores con disponibilidades financieras no han terminado, sin embargo. Todo se supedita a que, previamente, se logre un acuerdo con Hacienda para el pago de la deuda. Si eso no ocurre, todo vuelve a la casilla de salida. Es de esperar que, en algún momento, los vientos sean favorables.