Demasiada imagen para una confluencia de buenas intenciones y acuerdos que no se cumplen. No deseo ser negativa respecto a los encuentros de debates territoriales, ya tenemos demasiadas malas noticias diariamente, pero me da que pensar que estos debates resultan ser una aparente disposición para que los territorios autonómicos expongan sus necesidades y todos vean los problemas que tienen, problemas que se mantienen en el tiempo, gobierne quien gobierne, por lo que, estas reuniones se ven como una especie de desahogo terapéutico para luego apuntar en lo que están de acuerdo sobre una alfombra roja de imagen nacional. La verdad es que no resulta muy creíble. Nos preguntamos cuantos años llevamos acarreando el problema de la violencia de género, por ejemplo, ¿cuántos? Realmente es un problema internacional sin resolver y por lo visto, sin ningún deseo de solucionarlo, el control de la familia se traduce en poder, lo hemos visto en Rusia cuando el Gobierno de Putin ha despenalizado la primera agresión doméstica. En nuestro país las cifras aumentan sin conseguir bajarlas, esto demuestra que las medidas adoptadas no son eficientes para ver, aunque sea paulatinamente, una disminución de los delitos. Y no siempre es cuestión de financiación, aunque lo políticos lo utilicen como recurso excusable, sino de una buena gestión y de organizar las economías existentes e invertir en lo que es necesario. La gestión económica no debería tener una rentabilidad política, sino social, basada en acudir a solucionar problemas generales básicos, dentro de un sistema del deseado Estado de Bienestar, lo demás son parches que poco o nada sirven si la sociedad, en su conjunto, carece de las necesidades básicas alcanzadas en un tiempo.