La crispación social que ha generado en los últimos días, con discursos de odio a través de la redes sociales, la presencia en Zaragoza de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, culminará en que no saldrá al balcón a saludar. Será cuestión de AVE o de buen criterio previsor, pero también es triste y lamentable que la representante de una ciudad a la que se otorgó la medalla por unanimidad, deba ir de tapadillo por que haya gente a la que no gustan sus ideas.