Dos terceras partes de los 300.000 edificios de Aragón tendrían que ser rehabilitados para conseguir la eficiencia energética que exige la normativa, a partir del 31 de diciembre del 2020, para que logren el consumo energético casi nulo. La DGA firmó ayer un protocolo de actuación con los colegios de arquitectos y aparejadores. La norma, es cierto, ayudará a reducir el gasto en los hogares y a apostar por lo que se conoce como ciudad consolidada, que es donde se sitúan los edificios más antiguos. Antes será necesario desembolsar cantidades que pueden no ser tan asumibles por sus habitantes. Por lo que sería de gran ayuda también explicar qué tipo de subvenciones está dispuesta a ofrecer la Administración.