Que la adicción a la cocaína supere ya a la del alcohol en el inicio de tratamiento en el Centro de Solidaridad Zaragoza-Proyecto Hombre es un dato preocupante. El consumo de esta droga, ligado desde sus inicios al ocio y a los bolsillos pudientes, había experimentado un retroceso coincidiendo con la crisis, pero la recuperación de la economía ha vuelto a ponerla en el punto de mira. Sobre todo de jóvenes entre los 30 y los 35 años. Estos consumidores, junto a los de alcohol son los principales demandantes de ayuda en el CSZ, una entidad cuyo origen se remonta a 1985 y que tiene que adaptarse a la evolución de las conductas adictivas en Aragón. La última, la ludopatía generada por el juego en línea.