Francesc de Carreras le dedicó esta calificación a su alumno preferido, Albert Rivera, reflejando perfectamente cómo se está comportando el líder hasta ahora indiscutible de Ciudadanos, ese partido de la «nueva política» que venía ¿desde la socialdemocracia? a regenerar. En un rápido ejercicio de transformismo, en una metamorfosis colectiva con muy pocas resistencias o abandonos, ha acabado ejerciendo como muletilla de la derecha más corrupta, construyendo mayorías nada menos que con la extrema derecha machista, xenófoba y franquista. Esta era la regeneración que llevaba en su cabeza el caprichoso adolescente, este es su ideario político -si es que tiene alguna idea que no sea un lugar común- aderezado con mucho 155, un patriotismo de pacotilla, y una nueva etiqueta que sirve para un roto y un descosido: liberales. ¿Cómo se puede ser liberal y pactar con quien representa lo más reaccionario de la sociedad española? ¿Cómo se puede construir un futuro «regenerado» con los retales del autoritarismo franquista e ideas propias del medioevo? ¿Cómo se puede construir mayorías con quien quiere volver al Estado centralista?

Importantes preguntas que la «nueva política» no se molestará en explicar. Un fenómeno que ya había detectado en la vida profesional y que ahora observo cada vez más en política es el denominado «globo hinchado». Son los especialistas en aparentar como un globo hinchado pero que dentro no hay nada, aire y que cuando se pinchan… la nada. Ninguna ética, ninguna coherencia, ningún rigor, deficiente formación y una verborrea a raudales aderezada con unos cuantos anglicismos. Cada vez hay más globos hinchados mandando. Una pena.

*Profesor de universidad