La sociedad actual no sólo está creando una generación de obesos sino una generación de adolescentes obesos con enfermedades de adultos. Los expertos llevan tiempo lanzando señales de alarma sin que los educadores y los padres estén reaccionando con la contundencia que requiere la actual situación. Una alimentación saturada de grasas y azúcares junto con una vida sedentaria y sin estímulos físicos es una bomba de relojería para un cuerpo que se está formando. Por eso las asociaciones de padres son decisivas a la hora de afrontar un problema que comienza en la mesa y pasa irremediablemente por las canchas de deportes.