¿Quién de vosotros no tiene amantes?, ¿quién no tiene derecho a la felicidad?” Ya lo ven, para ser feliz hay que ser adúltero, morir en el intento o tener una cabeza “sexista y misógina” como la del jefe de Estado filipino, Duterte. Qué se puede esperar de un mundo que consiente que un presidente de un país haga semejantes declaraciones. Lo preocupante es que no es un caso aislado. Ahí tenemos a Putin, tolerando la violencia machista una vez por año o nuestro entrañable Trump, que se jarta de soltar barbaridades de toda índole por su boquita vikinga, aunque en ocasiones tenga ciertos visos de lucidez, como en sus últimas manifestaciones, en las que tilda de “atroz e intolerable” el ataque con armas químicas al que ha sido sometida la población civil siria por parte de su comandante en jefe, al-Asad. Esas muertes “son una afrenta contra la humanidad”, y es hasta comprensible que se plantee un ataque unilateral, más después de la pasividad con la que la ONU responde siempre. Pero, lo que es de extrema necesidad, caballeros orquestadores del nuevo orden, sí ustedes, los 5 magníficos manejadores del devenir político internacional (GB, Francia, EEUU, Rusia y China), es acabar con la política de vetos del Consejo de Seguridad. Ahora son Rusia y China los que no consienten imponer sanciones al régimen sirio, pero siempre se impone la política del bloqueo, del pasotismo y del consentimiento. Dejen ya de ser adúlteros con la sociedad internacional a la que se deben y trabajen por un planeta mejor.

*Periodista y profesora de universidad