Las cifras de utilización y actividad del aeropuerto de Zaragoza marcan año tras año el afianzamiento de estas instalaciones aeroportuarias. Al cierre del pasado ejercicio, más de 142.000 toneladas de carga habían pasado por sus pistas, con un incremento de casi el 30% respecto al año anterior y el mejor registro en su historia en tráfico de mercancías. Un segmento de la actividad que le hace posicionarse entre los tres primeros aeropuertos de la red Aena en cuanto a carga se refiere, solo por detrás de Madrid y de Barcelona, a la que supera en algún momento puntual. En pasajeros, los resultados no son tan espectaculares, pese a que en el 2017 superaron los 438.000 y representó el mejor registro desde 2013. Sin embargo, es en el tráfico de mercancías, con la práctica totalidad de los vuelos de carácter internacional, donde Zaragoza se ha posicionado ya como un destacado centro operativo, que ha sabido amarrar sus capacidades con la instalación de infraestructuras, como el sistema antiniebla, favorecedoras de una actividad en la que ya es referente. Su privilegiada situación estratégica, muy vinculada a las economías logísticas, la posicionan como un enclave de distribución con fuertes ventajas competitivas. De ahí que los casi 8.000 despegues y aterrizajes del pasado año se hayan gestionado sin la presión existente sobre otros aeropuertos más activos en pasajeros. Zaragoza debe asegurar e impulsar esta renta en la que ya destaca.