Unicamente el partidismo del PP puede equiparar la decisión de aumentar la presencia española en la pacificación de Afganistán y Haití con todo lo que hizo Aznar para que hubiese soldados españoles respaldando el belicismo de Bush en Irak. El envío que propone Zapatero tiene el respaldo explícito de casi todas las fuerzas políticas, PP incluido, y sólo se materializará después de que lo apruebe el Parlamento, Cámara que se pronunciará por primera vez desde la muerte de Franco sobre un despliegue de este tipo.

El PP dice que esta operación del Ejército y la Guardia Civil es contradictoria con la retirada de las tropas de Irak. No es verdad. Zapatero retiró a nuestros soldados porque la guerra había sido ilegal, porque lo pedía la opinión pública española y porque la ocupación de Irak la decidió Bush. La pacificación de Afganistán es, por el contrario, una operación avalada por toda la comunidad internacional.

España no debe vivir aislada de los problemas mundiales y de las actuaciones internacionales de cooperación y pacificación. Eso es lo que nos lleva a Afganistán y Haití. Lo de Irak era otra cosa, y por eso los electores castigaron a ese Partido Popular que no quiere reconocerlo.