El Gobierno de Aragón por un lado (que siempre se ha mostrado al lado de los trabajadores del campo) y el Central por otro, no han calmado a los agricultores con sus planes de ayudas. Consideran que son bienvenidas pero hace falta que estén más trabajadas. Los retoques a la Ley de Calidad Alimentaria les parecen insuficientes. Quizá mañana el ministro Planas debería aprovechar su visita a FIMA para calmar más al sector porque, de momento, no reblan en sus protestas.