Después de tantos años de sequía, de semillas sin fructificar, de tierras quebradas y baldías, la llegada del agua en forma de torrente caudaloso con nombre de Expo nos llena de esperanza. Nos refresca la boca hidratando nuestro pensamiento y nuestros deseos por alcanzar un proyecto que parecía una quimera. Sin duda el triunfo está en el esfuerzo que se ha hecho por conseguirla. A partir de ahora el verdadero éxito va a recaer en nuestra responsabilidad, en que todo lo proyectado se realice con la misma ambición que se ha presentado, reparando en aquellos detalles por los que los ciudadanos han apostado, han dado el voto de confianza para que el proyecto 2008 repercuta en el bienestar de todos y se hagan partícipes, abarcando todos los sectores de la población. Maquetas y pantallas, adornos y publicidad han servido para creer en un sueño que solo se conseguirá si detrás existe un trabajo de compromiso de los responsables políticos, no sólo de cara a sus ciudadanos sino también hacia el resto del país y del mundo.

La resaca puede durar pero no más de lo necesario, en el 2005 empieza otra cuenta atrás. Salud para disfrutarlo.

*Pintora y profesora de FP