Los atentados de Madrid parecen haber abierto cierta hostilidad entre los españoles y los inmigrantes magrebís. En el Día Internacional contra el Racismo, que se celebró ayer, marroquís, árabes y musulmanes afincados en Aragón han alertado de posibles miradas críticas que la sociedad en general tiene que eliminar cuanto antes. La masacre del 11-M no puede ni debe abrir el odio entre las comunidades y la Seguridad del Estado debe de velar porque amenazas como las de Monzón o el apedreamiento de la mezquita de Barbastro no se repitan. Hay que frenar que otros colectivos aprovechen el 11-M para generar desconcierto.