Debería reflexionar el Ayuntamiento de Zaragoza acerca de su actuación en la reforma del Mercado Central, pues siguen sin llenarse los puestos. O el canon es excesivo, o lo son las exigencias técnicas, pero se está evidenciando que existe una enorme falta de correspondencia entre el empeño municipal en renovar el mercado y la frialdad de los detallistas. Algo falla cuando algunos de los máximos interesados en la renovación dan un paso al lado tan flagrante.