Azcón aireó el domingo por la noche su segura alianza con Cs y Vox como si ya hubiese algo hablado previamente. Se siente triunfal alcalde pese a que desde el 2011 el PP ha perdido en Zaragoza la friolera de 59.532 electores, hasta quedarse en 71.818. Eso sí, capaz de convertir una cuesta abajo en una rampa de lanzamiento, el candidato popular se comporta como si los números fueran los contrarios y ahora hubiera obtenido el mejor resultado de la historia. La experiencia curte, sin duda, permite hacer magia con casi cualquier cifra por negativa que sea, incluso convertir en legítimo lo aparentemente perverso, pero no olvidemos que si Azcón logra su ansiado objetivo, lo hará entrando por la puerta del pleno de la mano de una ideología bajo sospecha al tiempo que el trocito de democracia que aportaba CHA está obligado a salir por la ventana. Algo falla