Si revisáramos todas las manos que se han sucedido en esta partida (o sea, todas las batallas de una guerra de momento incruenta, o casi), llegaríamos a la conclusión de que cada victoria táctica ha sido otorgada por un adversario al otro mediante algún garrafal error propio. El PP frustró la reforma del Estatut y dio argumentos a los secesionistas. Rajoy se cerró en banda y negó de plano el derecho a decidir (cuando podía haber ofrecido y pactado un referendo bajo condiciones estrictas o Ley de Claridad). Más bazas para Mas, Puigdemont y Junqueras. ¡Ah!, pero estos, tras olvidar que obtuvieron menos votos que la oposición en aquellas elecciones definidas por ellos como plebiscitarias, se lanzaron a un proceso cuyo final estaba escrito de antemano, la independencia. En las jornadas del 6-7 de septiembre dinamitaron el Parlament y se olvidaron de cómo se ejerce un verdadero derecho de autodeterminación. Todo a beneficio del hermético discurso del Gobierno central. El cual, a su vez, les correspondió aportando al relato soberanista las torpísimas intervenciones policiales del 1-O.

Ahora ya no sabemos ni dónde estamos. Anteayer, lo del Parlament fue inaudito. Luego, once días después del inicio de esta fase álgida de la crisis, Rajoy acudió por fin al Congreso. ¿Se ha proclamado la independencia de Cataluña? ¿Solo un poco? ¿Solo a medias? Por si acaso, el jefe del Ejecutivo ha abierto el sendero del 155 y da de plazo hasta el lunes.

Y lo de negociar… ¿Acaso no se ha negociado hace bien poco el apoyo de los nacionalistas vascos y canarios a los Presupuestos Generales vigentes, a cambo de increíbles concesiones a los primeros en lo referido al cupo y a cambio de un buen fajo de millones para su comunidad pactado bilateralmente con los segundos?

El patrioterismo nos devora. La intolerancia de todos impide salir del cepo. Nadie hace autocrítica, Nadie cede. Hay que hacer algo, pero no se sabe qué. Aquí las partes enfrentadas trabajan de forma obsesiva para el contrario. Y sin embargo solo aspiran a ponerle de rodillas.