Algo está pasando en el Ayuntamiento de Calatayud que altera la vida municipal, al menos aparentemente. Eran conocidas las débiles relaciones entre el alcalde y secretario del PP aragonés, Fernando Martín, y la oposición municipal. En los últimos meses, incluso las del primer edil con parte de su grupo municipal no son las más deseables, pese a que hoy mismo el alcalde y los ediles del PP puedan negarlo públicamente. Negar realidades sistemáticamente, variar decisiones por las filtraciones a la prensa y prohibir algo a los concejales no es de recibo. Y lo peor es que este ambiente se traslada a la calle, al día a día de la labor municipal.