El principal accionista, César Alierta, y el entrenador del Real Zaragoza, Víctor Fernández, van a ser la referencia del club y del equipo que la próxima temporada volverá a intentar el ascenso a Primera División. El impulso que el expresidente de Telefónica va a dar a la entidad ampliando el capital y por lo tanto teniendo él más acciones en detrimento de otros empresarios/accionistas menores seguramente va a ser un revulsivo para la afición que ya gritó recientemente en La Romareda «¡Víctor quedate!» y «¡Directiva dimisión!». Es un nuevo escenario, no se sabe aún si idóneo, pero si necesario para que el Zaragoza coja ritmo, abandone los fracasos y entre en una fase ilusionante. El cambio de accionistas es vital.