España ha batido su récord absoluto de presos y Aragón va camino de tener serios problemas carcelarios si la población reclusa continúa en la misma línea ascendente que en los últimos cuatro años. Los 2.244 presos que se encontraban en abril en las cárceles de Zuera, Teruel y Daroca son prácticamente el doble de los que había en el año 2000: 1.130. Esto provoca un claro hacinamiento, sobre todo en Zuera, donde debería de haber 1.008 detenidos y ya hay 1.599, con lo que el polémico centro puede convertirse al final (aún falta un módulo para funcionar a pleno rendimiento) en la macrocárcel que decían todos sus opositores. La falta de redención de condenas, la eliminación del tercer grado, unido al hecho de que muy pocos presos pueden pagar las cantidades solicitadas, el aumento de extranjeros en preventiva para evitar su fuga (en Aragón hay 660 foráneos en las cárceles) y la puesta en marcha de los juicios rápidos son las causas fundamentales del problema. Pero si a ello se suma que la plantilla de funcionarios no ha aumentado y que las previsiones apuntan hacia un continuado incremento de presos, es evidente que Interior debe plantearse ya una reforma penitenciaria porque ahora, en estos recintos, puede pasar de todo.