Amor al primer mordisco. Ese es el tipo de idilio que parece que han iniciado en estos días Sánchez y Casado, escenificado, sin duda, con su asalto a RTVE. Después de tanta batallita (los que se pelean se quieren, decíamos en el cole), ahora resulta que conviene el acercamiento, las caricias, los besitos, y además, con lengua. Por el interés te quiero Andrés.

“¡Qué se besen! ¡Qué se besen!”. Con ese grito de guerra estallaron los diputados de Vox, para burlarse del pacto entre el PP y el Gobierno. Que viva los novios, sí, me da por pensar a mí, aunque semejante flirteo amoroso responda únicamente al interés mutuo que ambos partidos tienen en repartirse las instituciones.

Razón no le falta al diputado de Cs, Díaz, al considerar el acuerdo PSOE-PP-Unidas Podemos y PNV, como "el primer lote de la gran subasta del Estado" perpetrada por los mencionados partidos en cuestión. Tremendo este primer pacto de uno global, que parece que se sellará los próximos días, sin otro particular que pillar cacho. Además de la RTVE, también están en juego los sillones del Consejo General del Poder Judicial, del Tribunal Constitucional, del Tribunal de Cuentas, de la Agencia Española de Protección de Datos y del Defensor del Pueblo. Ahí es nada.

Todo con la supuesta excusa de que era urgente desbloquear órganos constitucionales e institucionales vertebrales, cierto, pero con la única intención de tomar posiciones y concretar el poder de cada partido en esos órganos. Un verdadero escándalo que, en plena crisis económica y sanitaria, tan solo sean capaces de ponerse de acuerdo en eso, y no en cuestiones verdaderamente relevantes para la ciudadanía. Sálvese quien pueda de esta tragicomedia de Calixto y Melibea.