El diccionario de la Real Academia define la palabra alumbre, del latín alumen, como sulfato doble de alúmina y potasa, sal blanca y astringente que se halla en varias rocas y tierras, y de las cuales se extrae por disolución y cristalización. Se emplea para aclarar las aguas turbias. Sirve de mordiente en tintorerías y como caústico en medicina

Y ha servido, sobre todo, para titular el último y extraordinario libro de versos de Ángel Gracia, titulado precisamente Alumbres y galardonado con el premio de poesía Santa Isabel de la Diputación de Zaragoza.

Libro que leo de tirón, como tengo por costumbre (mala) leer los libros de versos, de los cuales soy lector malo pero devoto. Pues yo no busco en la poesía belleza, sino exaltación. No busco la perfección, sino el defecto y la culpa. No la caricia sino el látigo. Me gustan Whitman, Neruda, Alberti, juglares de epopeyas indistintos en su función poética y prosística, iluminadas con la misma piedra alumbre, con la roca magnética y el azúcar del deseo.

También Ángel Gracia tiene ese don, el de escribir prosa o poesía, diálogo o verso, descripción o estrofa desde una misma claridad, lucidez, la de la piedra alumbre capaz de cristalizar en palabras y decantar nuestros sentimientos hacia una épica invisible. En este caso, la del poemario Alumbre, épica perteneciente a la naturaleza porque el poeta nos habla aquí del viento y de la luz, y de los efectos de la luminosidad en las distintas brisas del año, según cambian de color las estaciones y de ánimo nuestro espíritu.

Luz y oscuridad, movimiento y quietud, esas son las minas, las vetas en las que el poeta excava las palabras, para derramarlas luego, una vez descubiertas, como pepitas de oro en los puros manantiales de la creatividad.

De ahí, de la contemplación de la naturaleza, Ángel Gracia volverá sus ojos al cielo sin nadie, los bajará a la tierra desierta jurando alumbrarla, descalcificarla, purificar nubes y polvo con su piedra alumbre y su amor escéptico.

Poema del hombre solo que se disuelve en mudas interjecciones y preguntas sin respuesta, pero que siempre volverá a buscar la luz para alumbrar otro poema.