Los animalistas acaban de dar un paso al frente al situarse muy cerca de la órbita del poder en Portugal. Su reelegido presidente, el socialista Antonio Costa, tras una insuficiente victoria, y al no haber alcanzado la mayoría absoluta, podría elegir al PAN (4 diputados) como uno de sus compañeros de viaje en esta próxima legistatura.

El PAN portugués (Personas-Animales-Naturaleza) es relativamente joven. Fundado en el 2009, y presidido por el activista Esteves Borges, se centra en la defensa del ambientalismo, el ecologismo y los animales, y en el humanismo.

De este último apéndice, que lo entronca con una larga tradición del saber, nacida en el Renacimiento europeo, está ausente sin embargo el movimiento animalista español, centrado en el PACMA y dirigido por Silvia Barquero.

Los activistas hispanos se han orientado a luchar contra lo que llaman sacrificio animal, contra la tauromaquia y la caza, que aspiran a prohibir, y en defensa de la adopción animal y de la esterilización.

Nuestros animalistas no han llegado aún al Congreso de los Diputados, aunque sus resultados en las urnas no paran de crecer. En las últimas generales recolectaron alrededor de 300.000 votos, más que otros partidos como PNV, Coalición Canaria o Bildu. No pasará mucho tiempo antes de que obtengan representación parlamentaria y puedan sentarse en la Carrera de San Jerónimo con otros animales políticos como Rufián, especie poco evolucionada, o como Cayetana Álvarez de Toledo, ejemplo de depredador.

Nuestros animalistas se sentirán allí como en casa porque felinos, leones, zorros y osos hormigueros conviven en el hemicirco con algunos, más bien poquicos, seres humanos. Entre los cuales menos, aún, humanistas, los que defienden, en medio de la jungla y sus animaladas, los últimos rasgos de tolerancia y dignidad.

A fin de observar cómo se desenvuelven parlamentariamente estas nuevas especies de la fauna política, cómo se aparean, reproducen, cazan, crecen, y si de sus manadas surge una nueva ley de la selva, pongamos un ojo en Portugal y otro en Bruselas, donde ya se sientan dos eurodiputados animalistas, la holandesa Anja Hazemkamp y el alemán Stefan Eck.

Al loro.H