Aunque inmediatamente se pensó en la autoría de ETA en las primeras horas del infausto 11-M, y aunque han sido numerosos los éxitos policiales contra la banda, que han venido a demostrar, en todo caso y circunstancia, que sigue habiendo clara voluntad de los criminales por seguir causando víctimas, sin embargo, lo cierto y verdad es que podemos celebrar un año completo sin crímenes cometidos por ETA. Lo que no quiere decir que la banda y sus siglas no hayan estado de manera permanente en la vida pública española. Lo está a poco que se mueva: porque reivindica un atentado, porque se reúne con Carod, porque sigue reclamando el dinero del chantaje a los empresarios... Nadie duda de que la presencia de la banda ETA en la sociedad española está muy viva y permanente, aunque ni siquiera causen muerte y desolación. ¿No quieren, no pueden causarla? Una vez que comprobaron que ya les ha surgido competencia, que hay quien comete atrocidades hasta hace poco sólo atribuibles a ETA, tal vez les haya avergonzado la facilidad de matar y de causar dolor gratuitamente. Y una y otra vez resurge la hipótesis de una tregua definitiva que nunca llegar... *Periodista