Miles de personas provenientes de numerosos puntos de la geografía nacional, llenan este largo puente festivo las estaciones de esquí del Pirineo aragonés y las de Teruel, ávidos de pasar unos días esquiando en el primer fin de semana de la temporada del deporte blanco. El hecho de que haya tantos días de descanso por delante y la falta de nieve en dos de las siete estaciones aragonesas, ha llevado a los aficionados a no invadir desde el primer días las pistas, lo que ha permitido que no haya los agobios del año pasado, por ejemplo, para satisfacción de todos. Pero este macropuente no sólo atrae el interés de los esquiadores. El turismo rural, del que Aragón cuenta con numerosas y magníficas instalaciones, está acaparando gran parte del ocio de estos días, superando en muchos casos el 80% de la ocupación. La riqueza de los parajes aragoneses y su diversidad hacen que el turismo sea un foco de riqueza que se debe de aprovechar.