Lo que parecía evidente y chato se ha convertido en debate. Debatir es exponer distintas apreciaciones de un fenómeno para tratar de llegar a una conclusión razonable. Bueno, pues ayer se debatió con encono sobre algo inviolable: el respeto a la ley. La actitud de esta mujer tan extrema como es Esperanza Aguirre. Espe para los enemigos.

Años hacía que no presenciábamos un estallido viral de este tamaño. Yo no recuerdo ningún suceso que soltase en borbotón los comentarios. ¿Millones en el planeta español? Me quedo corto. Ya Wyoming el jueves tomó el tema y le sacó jugo. La mañana del viernes, doña Espe la dedicó a recorrer emisoras desde su grato domicilio, para contar su versión, ora en Antena 3, ora en Tele 5, luego en la Cope, también en la SER y cómo no, RNE. Ni los Estopa de promo.

Es decir, le dijo un tertuliano, "¿Aconseja usted largarse cuando un agente te está sancionando?" Es que actuaron con prepotencia y machismo, aspecto este "que no puede entender un hombre", afirmó categórica la dama. Uno deduce algo muy claro: que esta es su finca y es intolerable que un "empleado" les haga perder el tiempo. Me recuerda aquella espontánea advertencia de Aznar sobre las imposiciones a los conductores con vino en barriga. En el fondo es el castizo. "Usted no sabe con quién está hablando". La sorpresa llegó al descubrir el corazón anarquista de Marhuenda: "Un agente de la movilidad me para y yo no me paro. ¡No me da la gana!" Cielos con estos antisistema de Serrano.