México y Uruguay convocan en Montevideo, este 7 de febrero, una Conferencia de Cancilleres, que intenta abrir una vía de diálogo en Venezuela, iniciativa que está siendo vergonzosamente silenciada por los principales medios de comunicación en España. Mientras, nuestro Gobierno reconoce a Guaidó como «presidente encargado», siguiendo la estrategia diseñada por EEUU y quemando nuestras capacidades de mediación.

En efecto, los gobiernos de México y Uruguay, que no pasan por ser chavistas ni bolivarianos, convocan una conferencia de Cancilleres, en Montevideo, para este 7 de febrero, en pro de un diálogo que permita evitar una posible guerra civil o una posible intervención militar extranjera. Frente a la política liderada por EEUU, con un personaje tan peligroso como Trump a la cabeza, México y Uruguay proponen desarrollar instrumentos de mediación, avalados por Naciones Unidas, en el marco del derecho internacional, para buscar una solución pacífica y democrática a la crisis que vive el país. Pues bien, ¿conocían ustedes algo acerca de esta encomiable iniciativa de países hermanos? Me temo que no. A todas luces está en marcha un apagón informativo, que incluye a medios tanto conservadores como progresistas.

Por otra parte, asistimos a un sorprendente giro en esta materia por parte del Gobierno español, tras recibir, por lo que hoy se sabe, las correspondientes instrucciones, advertencias o amenazas, eso lo sabrá el Sr. Sánchez, por parte del Sr. Trump. Un giro tan sorprendente como irresponsable, al no disponer de control alguno sobre el liderazgo del Sr. Trump que, con la colaboración de los Sres. Bolsonaro (Brasil) y Duque (Colombia), explicita amenazas y perspectivas bélicas inminentes. ¿Por qué me vendrán a la memoria imágenes de las Azores, con tambores de guerra en Irak, bajo el pretexto de acabar con un tirano, y con el petróleo de fondo? Sólo el argumento de obtener ciertas ventajas electorales emerge, desde mi punto de vista, para poder entender este giro tan irresponsable de nuestro Gobierno.

Un giro que se justifica con la pretendida aplicación del artículo 233 de la Constitución Venezolana, que dice: «… cuando se produzca la falta absoluta del presidente electo o presidenta electa antes de tomar posesión, se procederá a una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes…». Aún aceptando esa «falta absoluta del presidente electo», que obviamente no responde a la realidad, el propio Guaidó jamás comprometió realizar elecciones libres en 30 días. ¿Qué es eso de «presidente encargado»? ¿Qué pasa con los 150.000 españoles que viven en Venezuela? Si tienen un problema ¿a quien deben acudir? ¿a Guaidó? ¿O es que, sin reconocerlo, el Gobierno sabe que la situación se resolverá en breve bajo el plan del Sr. Trump?

La precisión del guión, incluida la súbita generosidad hacia el pueblo venezolano, con esa ayuda humanitaria masiva, ya lista, en puntos de la frontera con Colombia, previamente militarizados, apunta a un desenlace, que anuncian, tanto el Sr. Trump, como los presidentes de Brasil y Colombia, Sres. Bolsonaro y Duque. Un desenlace que perfila dos opciones: un golpe militar, con una probable guerra civil, lo que justificaría, si el golpe no es claramente exitoso, la intervención extranjera; o una intervención militar directa desde Colombia y Brasil, bajo los pretextos que se generen en esa frontera, ya militarizada, al calor de la pretendida entrada de ayuda humanitaria al país, cruelmente bloqueada por Maduro… Resulta evidente que Venezuela es un país trágicamente polarizado en el que ninguna opción razonable, democrática y en paz podrá desarrollarse sin un previo proceso de diálogo y negociación entre ambos polos, con la correspondiente mediación de la comunidad internacional, bajo la legitimidad que puede y debe aportar Naciones Unidas. Cuando menos, en medio de estas nuevas y oscuras perspectivas de guerra, esta vez en un país hermano, demos una oportunidad a la paz, impulsando el diálogo y apoyando desde Europa la iniciativa de México y Uruguay. ¡Qué menos!.

*Diputado por Zaragoza de Unidos Podemos