El personal sanitario de la comunidad protestó ayer ante la nueva agresión ocurrida recientemente en Zaragoza, en la que un individuo amenazó con una navaja a una medica de urgencias de un ambulatorio del paseo Sagasta de la capital aragonesa. Aunque son hechos aislados y la gran mayoría de la ciudadanía respeta la encomiable labor de todas las personas qu velan y protegen la salud. Hechos como este son inadmisibles y deben ser castigados. Si durante los últimos meses toda la sociedad ha salido a los balcones a darles un unánime aplauso, ahora lo mínimo que se debe exigir es respeto y que puedan ejercer su actividad profesional con el respeto que merece cualquier trabajador en su puesto. Además, desde que en el 2013 se aprobó una ley, son autoridad, una cuestión que precisamente reivindican para que su figura sea más protegida. En cualquier caso, hay que apelar a la educación y el respeto.