La reapertura del cuartel Sancho Ramírez en Huesca, que supondrá cuando esté a pleno rendimiento la llegada de unos 700 militares, está recibiendo el apoyo del consistorio oscense y del Gobierno aragonés, aportando ambas instituciones fondos y terrenos para la ampliación de las instalaciones. Unas decisiones necesarias para asentar un proyecto --demandado-- cuyas repercusiones sociales y económicas notará la capital altoaragonesa.