Al consejero Bandrés no le gustan los presupuestos que ha cocinado don Pedro Solbes para Aragón. Ni al consejero Bandrés, ni a nadie. Poca chicha. Y aun esa poca, magra, sin sustancia. El vice Biel dice que lo que no hagamos nosotros, no nos lo hace Madrid. Ni con este Gobierno ni con otro. Cómo será la cosa, que hasta don Gustavo Alcalde --que no suele-- se ofrece a echar una manita para ponerle un poco de salsa al comistrajo.

Ni con el apaño de Fomento, aunque menos da una piedra, se nos quita la mosca de la oreja. En esta tierra, como dice Trasobares, estamos ya muy aprendidos y sabemos que el mejor predicador recula a la hora de dar trigo. Tenemos una vieja desconfianza y si ahora, que habíamos empezado a confiar un poquito, la defraudan- porque ya no se trata de que mande Aznar, tan adusto y tan gruñón, o ZP, que nos prometía el oro y el moro en el ruedo de la Misericordia. A veces me da por pensar que esto no se arregla ni aunque gobiernen en Madrid la Chunta y el PAR en coalición. Igual es un virus que habita en la Moncloa y, una vez allí, don Bizén y don Chusé Anchel le encontraban algo prioritario a Extremadura. O a Murcia, un suponer.

Si esto sigue así --Dios no lo permita--, sugiero reformar el Estatuto ahora que estamos en época. Artículo primero: Aragón es un sitio en el mapa. Ni nacionalismo, ni leches, las cosas son como son y en política es bueno ser realista. Yo, de momento, me noto más bien sitista. Aragó ye un sitio . ¿O no?.

*Periodista