Ya lo pidió el presidente aragonés Javier Lambán en la conferencia de presidentes del pasado domingo, que el nuevo curso escolar empezara con normalidad, con clases presenciales. Nada de clases telemáticas, que requieren que todos los alumnos tengan acceso a unos medios de los que muchos carecen, y nada de clases divididas por grupos, para lo que necesitan contratar a más profesores con un presupuesto del que no disponen. Así es que la apuesta de ayer de la ministra Isabel Celaá de que lo mejor es hacero con normalidad, viene a refrendar las tesis aragonesas. Todo fundamentado en unas medidas de higiene y de distanciamiento que garanticen la seguridad de alumnos y profesores y con un nuevo estudio que asegura que los niños no son un vehículo de contagio. Hoy se reúnen ministerio y autonomías para coordinar el retorno a las aulas, pero todo indica que será si no normal del todo, casi.