Marcelino Iglesias acude hoy a La Moncloa con un rosario de viejas reivindicaciones aragonesas y con la confianza de que el presidente Rodríguez Zapatero se haga eco de las necesidades y carencias que padece la España interior, donde la escasez y la dispersión de la población requieren un tratamiento económico especial. El presidente aragonés llega a Madrid pocas horas después de que Zapatero haya dejado muy claro al presidente de la Generalitat de Cataluña que las reformas de los estatutos y de la Constitución no podrán brindar privilegios a ningún territorio. O sea, que todas las comunidades tomarán del mismo café, aunque algún café esté más azucarado que otros. Por ejemplo el que ayer tomó Maragall en La Moncloa llevaba añadido un sustancioso acuerdo: el traslado a Barcelona de la sede de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) que hasta ahora tiene su sede en la madrileña plaza de Cibeles.