Menudo zas, el del consejero Saz. Su cagarruta con el incumplimiento del déficit 2013 ha abonado bien el campo aragonés, y la presión ha hecho mella: dimisión y al paredón. A rey muerto, rey puesto. Como si esa política del quita y pon, solucionara el problema. Capitana Rudi, yerra al calificar la gestión de su subalterno como "buena, pero con un tropiezo" y vendernos que el cambio de consejero no supone reconocer un fracaso. Aunque, quizás no esté tan desacertada, si lo que pretendió desde un principio fue hacerse con un Aragón "tutelado e intervenido", ese que la portavoz de IU, Patricia Luquin, vaticinó al conocer el desastre económico por la gestión de las cuentas públicas. Me temo, presidenta, que no es cuestión de canjear unos peones por otros sino de una renovación integral de las estructuras del barco que nunca supo tripular, entre otras cuestiones, por decantarse por una tripulación sin cualificación. Si pretendes cambiar el rumbo, eliges a un "experto cualificado" y no a alguien del "núcleo duro" de tu partido. Tiene usted razón, señor Lambán. Rudi está "profundamente equivocada" con el sustituto de Saz, otro más sin "ninguna experiencia en gestión presupuestaria". Escuche a su club de pensadores, Luisa Fernanda, esa treintena de militantes del PP, algunos exediles y exdiputados autonómicos, y siga su manifiesto. En pocas palabras: abandone su actitud nepotista y amiguista, deje de reírse de la ciudadanía y piense en el bien de su comunidad.

Periodista y profesora de universidad