Aragón ya se ha repartido los votos, más o menos, como siempre, entre el PP y el PSOE, más el de Labordeta. Esos trece diputados que le corresponden a la comunidad podrían ser catorce en las próximas elecciones. Por ahora, Aragón sigue en sus trece, trece diputados basculando entre los partidos mayoritarios, estatales. Más la irrupción de Chunta, que ocupa un espacio aragonesista: antes fue el PAR, luego hubo un hueco, el PAR se presentó con el PP y pegó un bajón. Ahora está la Chunta.

En cierto modo, y sin ser lo mismo, se han sucedido en Madrid los partidos aragonesistas. Pero no se han sumado, nunca han salido dos diputados o más. Ni se los espera. Si hay que hacer caso a las encuestas, no saldrá un segundo de CHA para acompañar a Labordeta en sus soliloquios del Congreso, ni mucho menos saldrá elegido el candidato del PAR, que fue engullido hace años por el abrazo de oso del PP, al que luego abandonó, quizá porque veía que le estaba succionando. Si la Chunta no saca en estas elecciones a ese segundo diputado, si el PAR no roza siquiera el escaño, el aragonesismo habrá tocado un techo muy bajo, un cielo raso que habrá que valorar con cuidado.

Tal como funciona Madrid --lo estamos viendo-- el mantener un diputado testimonial en el Congreso no va a ser suficiente para desbrozar la lista de las obras atrasadas, la lista interminable de décadas de abandono. Si se diera una dificilísima carambola y el partido en el poder necesitara ese único voto, sería un milagro, y entonces habría que ver qué pasaba, de qué y cómo habría que sentarse a hablar. Si los partidos aragonesistas sin obediencia a las cúpulas de Madrid no dan el estirón en estas elecciones generales, si el electorado sigue decantándose por los partidos grandes, los aragonesistas tendrán que replantearse sus respectivas estrategias.

Tendrán que hacer encuestas, preguntar a la gente qué función quiere que desempeñen, si sólo ha de ser doméstica. Preguntar al electorado si siempre hemos de ir a remolque, o si hay alguna posibilidad de que se gestione lo nuestro, la lista de autovías, etc. Si Aragón ha de tener alguna posibilidad de participar en la construcción del estado, y alguna autonomía real, o si ha de seguir siendo comparsa, relleno, bulto. Si sólo sale elegido Labordeta habrá que cambiar de estrategia.

*Periodista y escritor