Aragón está intentando posicionarse en la nueva Ruta de la Seda, una de las operaciones comerciales más ambiciosas jamás concebidas. La reciente visita a Shangai del presidente aragonés, Javier Lambán, y la del alcalde zaragozano, Pedro Santisteve, a Wuham, han dejado claro el interés de la comunidad aragonesa por albergar algunas de las futuras terminales de carga en ese gigantesco flujo de intercambio de manufacturas y materias primas entre Asia, Europa y América, a través de la Ruta de la Seda.

Su iniciativa partió del gigante chino. Su presidente, Xi Jianping, lanzaba hace ahora cinco años un proyecto que parecía utópico, pero que, año tras año, ha ido consolidándose.

No en vano China está invirtiendo cantidades exorbitantes. Su banco nacional ha comprometido un desembolso de 100.000 millones de dólares. Hay prevista otra partida de 40.000 para infraestructuras y, por si no fuese suficiente, China llegaría a invertir hasta 300.000 millones de dólares más en la financiación de esos flujos comerciales. Nada extraña que Trump esté inquieto.

También India, además de Estados Unidos, cuestiona la nueva Ruta de la Seda por cuanto atravesará Cachemira, un territorio que India se disputa con Pakistán. Pero como bien nos recuerda Pedro Baños, autor de El dominio mundial (Ariel) de cuyos páginas extraigo estos datos, los chinos no necesitan los puertos hindués, pues disponen de uno propio en Sri Lanka.

La ruta marítima va a abrirse al continente africano y a los océanos Atlántico y Pacífico (esta última conexión mediante otro gigantesco ramal ferrovario entre Brasil y Perú). La ruta terrestre viene funcionando en buena medida desde que, a finales de 2014, se inauguró el tren que cubre la distancia entre Yiwu y Madrid en 21 días. 13.000 kilómetros a través de Kazajistán. Rusia, Bielorrusia, Polonia, Alemania, Francia y España. Con Zaragoza y Barcelona como próximas paradas, es de desear y esperar, y con el aeropuerto de Zaragoza, ojalá, como referente logístico para la distribución de productos chinos en los países del sur de Europa.

Los chinos.

El futuro.