Mientras algunos se envuelven con banderas y se enzarzan por el uso de las lenguas propias, dos actuaciones políticas de esta misma semana son una esperanza para los que no vemos otro camino que el de la internalización y el multilaretaralismo.

La reunión en Zaragoza del Consejo Plenario de la Comunidad de Trabajo de los Pirineos para elaborar una estrategia de actuación con el fin de ser más influyentes en la toma de decisiones de la Unión Europea, a través del formato de lobby, es una de ellas. Siete regiones transfronterizas, en el caso de las españolas con altas cuotas de autogestión como Cataluña, Navarra, País Vasco, más la singularidad del estatus de Andorra, las regiones francesas de Occitania y Aquitania, y Aragón apuestan por estar más pendientes de la defensa de sus intereseses comúnes ante la administración más influyente en nuestra calidad de vida, que de las delimitaciones administrativas de cada una. Así en materia sanitaria, los médicos de una comunidad española o de un departamento francés pueden actuar en una urgencia médica de la comunidad vecina sin trabas burocráticas. Igual, igualito que las facilidades para la receta electrónica entre comunidades autonomas en nuestro país o la derivación a un hospital que no sea el de referencia.

Pero hay más. Una delegación aragonesa, encabezada por el presidente Javier Lambán y con la presencia de los representantes de once empresas aragonesas viajó a China. China es ese país que en treinta años ha pasado de ser la décima economía mundial, en cuanto a PIB nominal, a la segunda posición muy cerca de Estados Unidos. Las exportaciones del sector de la alimentación de Aragón a esta región se han incrementado un 214% en los últimos cuatro años, y a finales de 2018 en el monto total exportador alcanzarán los 400 millones de euros.

En 2026 China habrá superado a EEUU en gasto en I+D. Y mientras llega una estrategia de cooperación tecnológica nacional, y ante las trabas chinas a firmar un acuerdo de colaboración con la Unión Europea bien están todas las iniciativas regionales que nos acerquen a este gigante ecónomico. Las reacciones a la internalización volviendo a un escenario de proteccionismo, nacionalismo, y llamadas populistas son un espejismo que se dará de bruces con el imparable impulso neoglobalizador. Hace falta más política multinivel y protección a las desigualdades que el nuevo orden mundial ha creado, pero el movimiento es imparable, y parece que en Aragón lo hemos entendido así.

*Politóloga