El aprovechamiento de todos los recursos disponibles en cada territorio y la dotación de infraestructuras y servicios pueden contener la lacra de la despoblación.

La despoblación de las zonas rurales viene afectando de manera más importante a las comunidades autónomas del interior, Aragón entre ellas, creando un grave problema de desequilibrio territorial por abandono de pueblos y territorio, abandono que los poderes públicos deben tener en consideración para la puesta en marcha y apoyo de actuaciones en esos territorios.

En los tres últimos meses se ha suscitado un intenso debate a propósito de la ampliación del dominio esquiable de Cerler hacia el valle de Castanesa manifestando, algunas organizaciones ecologistas y ciertos partidos políticos minoritarios de izquierda de Aragón, su oposición a dicha ampliación.

Montanuy, municipio al que pertenece el Valle de Castanesa, cuenta con unos 200 vecinos repartidos en 17 núcleos de población cuyo censo va desde ningún habitante por núcleo hasta los 25, siendo su densidad de población de 1,2 habitantes/km², similar a la de los colindantes municipios de Bonansa y Laspaules. Recordemos que en España la densidad de población es de 93 habitantes/km², en Aragón de 27 y en la provincia de Huesca de 14 (78, 22 y 12 veces superiores a la de Montanuy, respectivamente).

A pesar de que alguna información tergiversada, difundida recientemente, pretende trasladar la desunión de los vecinos de Montanuy respecto a la ampliación de Cerler, debe indicarse que tal afirmación es rotundamente falsa. Cualquiera que se acerque al Valle de Castanesa y hable con sus vecinos, cosa que deberían hacer algunos políticos y algunas organizaciones ecologistas de Aragón, podrá constatar la unanimidad prácticamente total en el apoyo a la ampliación del dominio esquiable.

Debe recordarse, y posiblemente no se haya explicado bien, que el actual proyecto de ampliación de las pistas de Cerler nada tiene que ver con el macroproyecto presentado hace unos 10 años. Su coste total se reduce ahora a 40 millones de euros y será ejecutado por el grupo Aramón. Las actuaciones se limitarán a la instalación de pilonas para los cuatro remontes desde el collado de Basibé (2.380 m.) hacia la zona de Basibé y Plans, al acondicionamiento hasta los 6 metros de ancho de los 7 Km de la pista que va desde núcleo de Fonchanina hasta el frente de nieve situado a 1.800 m., y a la dotación de las infraestructuras mínimas necesarias como aparcamiento y reducida zona de servicios. Indicar, como aspecto positivo, que la orientación al norte de la zona de ampliación favorecerá la permanencia de la nieve en las zonas esquiables y minimizará el uso de innivación artificial.

Por otro lado, la mejora del acceso a las pistas de esquí beneficiará, además, a unos 40 ganaderos de la zona que suben cada año sus rebaños a los puertos de Castanesa, alrededor de 1.300 vacas, 600 terneros, 6.000 ovejas y 300 yeguas. Y cómo no, a la propia competitividad de la estación de Cerler por ampliar su dominio esquiable de 77 a 105 Km., y dotarla de una segunda entrada a pistas atrayendo nuevos esquiadores de la zona catalana.

Ampliaciones de este tipo son las que se vienen llevando a cabo en muchas estaciones de esquí de España y Europa sujetas, en todos los casos, a un escrupuloso y detallado estudio de impacto ambiental con sus correspondientes acciones correctoras, resultando una actuación correctamente integrada en el entorno y con total respeto a sus elementos naturales.

En definitiva, un proyecto viable económicamente, ambientalmente sostenible y socialmente demandado y necesario, al contrario de lo que sostienen sus detractores. Pregunten a los países europeos de grandes dominios esquiables si se trata de modelos urbanísticos y de turismo obsoleto.

La no ejecución de esta ampliación supondría, como ya han manifestado los vecinos entrevistados a los medios de comunicación, la última oportunidad perdida, la puntilla definitiva al valle de Castanesa y su entorno. Efectivamente, la ganadería como actividad económica exclusiva en esta zona no permite mantener un número mínimo de familias para que esta zona sea socialmente viable. De hecho, el estancamiento tanto de los precios de venta de los productos ganaderos como del importe de las ayudas de la PAC desde hace más de 25 años, añadido a que los costes de producción se han duplicado en este mismo periodo, conduce a unas rentas claramente insuficientes para estas familias. Resulta, por tanto, necesario complementar las rentas de la ganadería con los empleos alternativos que generaría la ampliación de pistas (monitores, tiendas de alquiler, etc.).

En definitiva, lo que se ha pretendido con este artículo es apoyar, argumentar y justificar la demanda de los vecinos del municipio de Montanuy y su entorno a la última oportunidad de desarrollo del Valle de Castanesa mediante la ampliación del dominio esquiable de Cerler, como motor y complemento de la tradicional actividad ganadera. En caso contrario, y lamentablemente, en el siglo XXI, lo que se va a seguir ampliando, y de modo irreversible, es el Aragón vaciado.

*Ingeniero agrónomo