El último barómetro de la opinión pública aragonesa publicado por la DGA abunda en los tópicos al uso en estos sondeos dedicados a conocer las inquietudes de la ciudadanía. Según tal encuesta, los aragoneses siguen opinando de forma harto convencional, y por ejemplo consideran que el trasvase sigue siendo el principal problema de la región (aunque el sondeo se realizó cuando el nuevo Gobierno socialista había decidido derogarlo) y señalan al paro como su principal preocupación personal (aunque nuestra comunidad está muy cerca del pleno empleo). Tal vez esta situación se deba a que, como ocurre con el terrorismo o la vivienda, la ciudadanía asume como problema aquello que detecta como amenaza.

En Aragón se valora bien la sanidad pública, se cree que sus médicos deberían tener dedicación exclusiva, se acepta en términos mayoritarios que los homosexuales tengan igualdad de derechos, se califica de regular la situación política en la comunidad... y, en fin, sólo un escaso porcentaje de los entrevistados muestra alguna preocupación por la violencia de género. No cabe esperar mucho más de estos barómetros , en los que la opinión pública queda reflejada en términos tan esquemáticos como previsibles.