Que en apenas dos años el gasto sanitario de los aragoneses haya aumentado un 34% no es fruto de la casualidad. Coincide en el tiempo con la legislatura de Luisa Fernanda Rudi, quien además de haber aplicado convenientemente el copago farmacéutico, practica una política que ha dado como fruto una gestión de las listas de espera catastrófica. Por eso no es de extrañar que muchos aragoneses hayan optado por contratar seguros médicos privados que, cuando menos, les ofrecen rapidez en las pruebas diagnósticas y no hay demoras en las citas con los especialistas. Es decir, ante el recorte de prestaciones se buscan otras opciones. Y si además, la suscripción de estas pólizas se premia con beneficios fiscales, el negocio es redondo. Sobre todo para el sector privado porque a la Administración solo le renta críticas y desgaste.