Si no se producen imprevistos, el actor Viggo Mortensen visitará Zaragoza el próximo 2 de octubre y se someterá a una doble sesión de encuentro con espectadores. Primero, en el ciclo La buena estrella, con el impagable Luis Alegre de anfitrión, y después con los que acudan a los cines Palafox para ver su última película, Falling, que dirige e interpreta. Su visita es un regalo para los amantes del cine, porque no es habitual que una estrella de su talla se deje ver por Zaragoza y mucho menos que se someta a dos charlas con aficionados.

Antón Castro tuvo que escribir un libro, Pasaron por aquí, para recordarnos que muy pocos artistas de cine han visitado Aragón y que su presencia resultó casi siempre -Ava Gardner es un caso aparte- discreta: Orlando Bloom, Liam Neeson, Johnny Depp, Tyrone Power, Charlton Heston, Natalie Portman, George Clooney, Arnold Schwarzenegger, Jake Gyllenhall y Joaquin Phoenix, entre otros, se dejaron ver muy poco.

El actor neoyorquino, de ascendencia danesa e infancia argentina -por ello habla castellano con fluidez-, siempre será recordado por su papel de Aragorn en la saga de El Señor de los Anillos, pero uno no puede olvidar papeles tan estimables como en Good, Lejos de los hombres, Un método peligroso, Una historia de violencia o Green Book, la que le permitió conquistar por fin el Oscar como mejor actor en 2018.

Viggo Mortensen es un excelente intérprete y, como otros colegas que no van de divos, tiene capacidad para hablar de todo. Incluso de política, un terreno que no tiene que estar vetado a nadie por el hecho de ser actor, cantante o futbolista. Es una pena que algunos lo quieran marcar por ello desde hace años, solo por pensar libremente.